LBO: Liquidez crediticia y oportunidades de compra

Una compra venta apalancada o LBO se fundamenta en financiar la mayor parte del precio de adquisición de una empresa, mediante la obtención de recursos financieros ajenos, los cuales van a estar garantizados precisamente por los flujos de caja futuros y por los activos de la empresa objeto de la compra

Muchas veces se confunden los LBO y los MBO, ya que ambos tipos de operaciones de adquisición están muy relacionados, tanto que un MBO puede ser un LBO si incluye apalancamiento, pero un LBO puede no tener nada que ver con un MBO, ya que puede consistir en la compra mediante apalancamiento operativo de una empresa por parte de otra, sin que el equipo directivo de la empresa adquirida participe, mientras que en un MBO es requisito indispensable contar con los directivos. Por tanto un MBO puede ser un LBO pero un LBO no tiene porque ser un MBO.

Tras el complicado juego de palabras del que seguramente han salido un poco mareados, vamos a exponerles a continuación las principales características y requerimientos de todo LBO.

En primer lugar, en la empresa objeto de la adquisición, debe existir una tesorería suficiente, consistente y estable que permita hacer frente a la deuda que se va adquirir para la compra de la empresa; es preferible que la empresa objetivo del LBO tenga un crecimiento constante o bien una estabilidad y recurrencia de ventas importante, de manera que la caja generada pueda ser destinada a repagar la financiación; y es más que necesario que el equipo directivo, bien sea el anterior al LBO o bien un nuevo equipo estructurado por los nuevos propietarios, sea experimentado y esté acostumbrado a trabajar en entornos de riesgo elevado y tensión financiera, puesto que la prioridad es doble, mantener o incrementar el crecimiento y repagar la deuda.

Asimismo, es fundamental que en la empresa adquirida exista o se implante una mentalidad de eficiencia en los costes y las compras, de cara a permitir la liberación de recursos para mejorar los ratios y asegurar el repago de la deuda aportada para el LBO.

Pese a que anteriormente hemos comentado que en un LBO no es necesario contar con el equipo directivo pre-existente a la compra, pues en ese caso estaríamos hablando de un MBO, sí que es más que conveniente, casi necesario, poder contar con la convicción, el empuje y el compromiso del equipo directivo, pre-existente o reestructurado; objetivos que se consiguen de un modo casi asegurado haciendo participe al equipo directivo de la estructura accionarial. De este modo, la implicación en la gestión y en la consecución de los resultados y el business plan debería ser total.

Igualmente, y debido a la propia naturaleza de la compra apalancada poniendo como garantía la propia empresa objeto de adquisición, es muy conveniente tener la seguridad de que al menos algunos de los activos existentes en la empresa pueden venderse o hacerse líquidos de un modo relativamente sencillo, o bien de optimizarse financieramente mediante una operación de sale and lease-back.

Y por último, para que una operación de LBO pueda salir adelante y llegar a buen puerto; la empresa a adquirir no debe poseer previamente a la operación un apalancamiento financiero que impida nuevas opciones de endeudamiento e imposibilite la financiación de la operación.

Si no se cumplen las premisas expuestas anteriormente, cualquier LBO estará condenado al fracaso de antemano.