El poder de una buena gestión de compras

El tiempo pone a cada uno en su sitio, y no cabe duda que el complejo escenario económico, financiero y empresarial, que parece comienza a disipar y dejamos atrás, ha posicionado a la gestión de compras dentro de la estructura de la empresa.

Mientras vivíamos una época de expansión económica el foco se centraba en continuar ganando terreno, seguir avanzando a tierra quemada, lo fundamental eran las decisiones estratégicas orientadas al exterior. Pero la contracción del volumen de negocio orientó la mirada hacia el interior de la empresa y dio con la función de compras, hasta ahora en niveles secundarios, o incluso más bajos, en la estructura organizativa y sin visibilidad ninguna. No formaban parte de los consejos de dirección, no tomaban parte en las decisiones estratégicas, representaban niveles intermedios de responsabilidad y no tenían peso específico dentro de la empresa, por lo general formaban parte de algún departamento mayor y con más importancia.

«Con la reducción de los márgenes y la necesidad de la búsqueda de la eficiencia y optimización de los recursos se reconoció a la gestión de compras como uno de los puntos de mejora de la cuenta de resultados, de materialización de recursos…en definitiva como una tabla salvavidas a la que aferrarse para mantener el margen de beneficios.»

Esta nueva visión, de la función de compras, ha catapultado a los responsables de compras a los comités de dirección, les ha llevado a ganar un peso específico propio en cualquier organización y a tomar parte en las decisiones estratégicas de la empresa.

Pero la recién descubierta importancia de una buena gestión de compras no radica, únicamente, en la optimización de los recursos y el ahorro de costes en los suministros y contratación de servicios sino también en el control y gestión de proveedores y de stocks. Es decir, la crisis ha afectado por igual a todas las empresas, algunas han caído en el camino y la supervivencia de las que han pervivido no dependía sólo de ellos mismos, sino de sus proveedores también. Se han dado casos en los que una empresa ha sostenido financieramente a sus proveedores, o viceversa, que los proveedores han sostenido a la empresa. Este tipo de hechos sólo pueden darse con una gestión correcta y responsable de las relaciones entre proveedores y clientes, exigirles a nuestros proveedores un precio ajustado y un servicio de calidad, pero de una manera sostenible, puede forjar una  alianza indefinida, e intemporal, que asegure nuestros suministros y optimice nuestros costes, a la vez que permita la supervivencia y crecimiento de nuestros proveedores, pero ello requiere de un control y cuidado continuo de la relación con nuestro proveedor. Ello evitará impactos negativos en el desarrollo de nuestro propio negocio, por lo que resulta estratégico para la empresa.

Cada día tiene su afán y esta crisis ha servido para poner de manifiesto la importancia de contar en la empresa con unos profesionales de las compras que lleven a cabo una buena gestión de compras. Al fin y al cabo las compras son una importante inversión de las empresas, y como en toda inversión hay que realizar un análisis previo y, posteriormente, realizar un control y seguimiento de la evolución de la misma. La función de compras debe desarrollar estrategias de eficiencia y control del gasto de manera permanente, logrando una optimización de costes y reducción del gasto y permitiendo una liberación de recursos y una mejora de la cuenta de resultados.

La evolución y desarrollo de la gestión de compras, acaecida al calor de la crisis y sus necesidades sobrevenidas, nos debe llevar a reflexionar sobre su importancia real y su establecimiento permanente, como parte del mecanismo de toma de decisiones estratégicas en la empresa con la consolidación de su presencia en los comités de dirección. No debemos perder de vista lo aprendido, de manera obligada en esta crisis, e incorporarlo a nuestra cultura corporativa y empresarial como un elemento más de valor añadido, no en vano la buena gestión de compras se ha hecho imprescindible en muchos aspectos de la empresa.