¿Podría ser el mar la nueva África, donde grandes parques nacionales submarinos se conviertan en la nueva frontera del turismo sostenible?
El mar sigue siendo en gran parte desconocido para la humanidad. Aunque hemos explorado y cartografiado extensas áreas de la superficie lunar y de Marte, apenas hemos rascado la superficie de los secretos que el océano guarda en sus profundidades. Apenas se ha explorado una fracción mínima de las profundidades marinas, lo que contribuye a la falta de conciencia y preocupación por su conservación. Más de la mitad de la población mundial habita en las costas y se prevé que alcance el 75% en unos años, y más del 90% del transporte de mercancías internacionales se realiza por mar. La demanda de pescado para consumo humano y piensos nos está llevando a la sobreexplotación de los mares, y del plástico ni hablamos.
Han sido personajes como Jacques Cousteau o grandes documentales como la serie Blue Planet de la BBC, los que han acercado al gran público la belleza de los mares, pero poco podemos hacer más allá de verlo en nuestras televisiones. A día de hoy el mundo submarino está reservado a los científicos y a los buceadores.
El pasado 19 de junio de 2023, se aprobó en las Naciones Unidas el histórico tratado sobre Alta Mar, el cual busca convertir el 30% del mar en zonas protegidas para el año 2030 para salvaguardar y proteger los ecosistemas marinos.
Ya existen miles de reservas y zonas designadas para proteger la vida marina y sus ecosistemas, un primer paso clave para abordar estos desafíos. Al igual que en el continente africano, donde los parques nacionales y los safaris han demostrado ser un modelo de éxito para la conservación de la fauna y los ecosistemas. ¿Qué pasaría si aplicásemos un enfoque similar bajo el mar, safaris submarinos donde los Big Five fuesen el cachalote, la orca, el delfín, el león marino, el elefante marino, o los narvales?
El Parque Nacional Marino de Tubbataha se encuentra ubicado en Filipinas, y es un asombroso ejemplo de un paraíso submarino. Este parque marino es reconocido mundialmente por su biodiversidad excepcional y sus arrecifes de coral que albergan más de 600 especies de peces, más de 350 especies de coral duro y blando, así como diversas especies de tiburones, tortugas marinas y mantarrayas. En 1.993 Tubbataha fue declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO debido a su importancia biológica. Actualmente el nivel de protección es tal que tan solo pueden disfrutar de este paraje marino buceadores e investigadores. No hay hoteles y tan solo se puede acceder y permanecer a bordo de barcos de buceo.
Para que las reservas marinas sean efectivas, es necesario un modelo económico sostenible que permita su financiamiento y gestión a largo plazo. La conservación marina no es gratuita, y los gobiernos y organizaciones necesitan recursos para patrullar, estudiar y proteger estas áreas. Aquí es donde entra en juego la idea de crear una industria de turismo submarino de lujo similar a los safaris africanos.
El papel de los submarinos en el turismo
Para que esta visión se convierta en realidad, los submarinos pueden desempeñar un papel crucial.
Pequeños submarinos turísticos, diseñados para ofrecer comodidad y seguridad a los pasajeros, permitirían a las personas explorar las profundidades marinas sin necesidad de ser buceadores experimentados. Estos vehículos sumergibles, son eléctricos, ofrecen ventanas panorámicas que brindan vistas asombrosas de los arrecifes de coral, peces tropicales, tiburones y otras criaturas marinas en su hábitat natural.
Amplios espacios panorámicos crearían una experiencia única
Compañías como Triton o U-Boat Worx ya han desarrollado sumergibles de última tecnología que no son ningún experimento, certificados y con licencias para transportar pasajeros. Estas compañías ya han fabricado y vendido una cantidad significativa de sumergibles y están creando un nuevo mercado. U-Boat Worx se aventura a proponer un concepto de crucero submarino que nos permitiría visitar grandes parques nacionales submarinos durante varios días de forma autónoma a modo de crucero submarino.
Al igual que los safaris en África, el turismo submarino podría convertirse en una oportunidad única para proteger lo desconocido mientras se crea una nueva alternativa a la explotación marina, de una forma sostenible.
Madrid – Barcelona – Colombia