La empresa objetivo (Target) suele ser una empresa que por sí sola puede funcionar, o sea, que no depende ni tecnológica ni comercialmente de una empresa matriz. Esta empresa después del buyout va a tener que generar un cash flow importante para poder servir a la deuda y financiar el desarrollo del proyecto futuro. Deben ser empresas que puedan generar valor a sus accionistas en pocos años y, al mismo tiempo, tener una estructura financiera que permita apalancar la adquisición ya que así se podrá conseguir la deuda bancaria necesaria y, simultáneamente, aumentar la rentabilidad de los compradores.
La siguiente tabla muestra las características de las empresas target ideales para realizar un buyout.
Cash flow estable y predecible Actividad poco sujeta a cambios tecnológicos o sociológicos
Actividad poco afectada por los ciclos de la economía
Ventajas competitivas estables (marcas, clientela fiel, know how técnico, métodos, patentes, etc.)
Balance poco endeudado y optimizable Endeudamiento financiero bajo
Posibilidad de reducir el capital de trabajo
Inversiones futuras moderadas
Posibilidad de vender activos innecesarios
Cuenta de explotación mejorable Posibilidad de aumentar las ventas de forma rentable
Posibilidad de reducir costes innecesarios
Equipo directivo potente y comprometido Equipo directivo potente y completo
Personas clave involucradas y comprometidas para evitar la fuga de talento y conocimiento
Entrada adecuada Posibilidad de negociar un precio bajo por la empresa evitando entrar en compras competitivas o en momentos inadecuados
Salida fácil Posibilidad de volver a vender la empresa por un precio alto a un comprador estratégico o bien sacarla a bolsa
Para poder aumentar el valor de las acciones en pocos años, la empresa Target debe tener potencial de crecimiento futuro gracias a un buen posicionamiento y a sus ventajas competitivas; posibilidades de mejora en los costes de explotación; disponer de un buen equipo humano; y, además, ser susceptible de ser atractiva a varios potenciales compradores para volver a ser vendida al cabo de 4 ó 5 años por un precio estratégico.
Como elemento a destacar para convencer a los bancos, es muy importante que sea una actividad estable con una generación de cash flow constante y predecible gracias a que posee productos con marcas bien posicionadas en el mercado y poco sujetos a futuros cambios tecnológicos o sociológicos, y tratarse de una actividad no demasiado afectada por los ciclos económicos.
Para poder apalancar la adquisición es deseable que la empresa esté poco endeudada con entidades financieras; que tenga poca necesidad de inversiones a corto y medio plazo; que posea activos susceptibles de ser vendidos o servir como garantía para la deuda futura; y posibilidades de mejora en la gestión de stocks, cuentas de clientes y cuentas de proveedores.
Contar con un equipo humano competente y motivado es otro aspecto que hace más atractiva a la empresa Target. Para crear valor en los años posteriores al buyout será clave involucrar y comprometer a las personas clave de la empresa.
Finalmente, otro aspecto importante es el precio de adquisición de la empresa Target. Idealmente, interesa poder comprar empresas baratas, es decir, que su precio sea inferior al verdadero valor de la empresa. Cuanto menos se invierta en la entrada (adquisición de la empresa) más fácil será obtener plusvalías y más alta la rentabilidad obtenida en la salida (venta de la empresa). Pero esto depende del momento en el que se realice la adquisición, de la necesidad de venta del vendedor, de la existencia de otros candidatos compradores dispuestos a pagar precios altos y de la habilidad negociadora de ambas partes.
Las oportunidades interesantes de compra no se presentan cada día, y a veces los compradores pagan precios altos porque tienen un proyecto de creación de valor claro que soporta esta entrada cara.