La vida colaborativa

Hace ya algunos años irrumpió en el mercado inmobiliario el co-working, es una forma de trabajar que consiste en que profesionales independientes comparten un mismo espacio de trabajo para aprovecharse de las sinergias que se generan al compartir ese espacio. Sin duda, fue una idea triunfadora. Como todo en esta vida, a alguien se le ocurrió ir un paso más allá.

¿Qué ocurría si se usaban las bases del co-working en la vida privada? Bienvenidos al co-living, consiste en el alquiler de una habitación con derecho a usar zonas comunes, en el que el usuario es un joven emprendedor o estudiante de post grado que no solo busca un sitio donde vivir o alojarse, sino un sitio que también le permita crear una comunidad, compartir vivencias e incluso trabajar en co-working.

No podemos dejar de lado otra corriente que también parte de la idea de compartir y colaborar y que se está aprovechando del tirón de las otras corrientes. Se trata del co-housing. Zonas residenciales compuestas de casas con zonas comunes que se rige por la autogestión y el espíritu colaborativo entre los miembros de la comunidad, a las que se les puede añadir servicios específicos. El siguiente paso de esta corriente fue crear comunidades temáticas. La más común es el senior housing: un co-housing destinado a personas senior, con instalaciones y servicios adaptadas a sus usuarios, pudiendo incluir servicios médicos.

Ante corrientes como estas, los abogados nos vemos en la obligación de innovar para adaptar estos negocios a las mejores prácticas legales. Son modelos de negocio definidos y asentados en otros mercados, pero que no tienen un marco legal claro en España. Y es nuestra labor ayudar a nuestros clientes que se internan en ese mundo a superar las potenciales dificultades. Hay que interpretar las normas para que la inversión se ajuste a lo que busca el inversor, ofreciéndole la máxima garantía de que, legalmente, su inversión está a salvo.

El coworking, el co-living y el co-housing son ideas novedosas, que han venido para quedarse y que van ganando cuota de mercado. Cada vez hay más inversores institucionales, promotores locales y operadores interesados en desarrollar estos llamados «alternative assets classes» en España. 

Pero lo cierto es que desde el punto de vista legal, este tipo de inversiones todavía ofrece algunas incertidumbres. Por eso, es importante contar con un buen asesoramiento legal, que se ajuste a las necesidades reales del cliente, antes de iniciarse en ellas. 

Y quién sabe si, mientras nosotros estamos aquí debatiendo sobre la nueva ola de la economía colaborativa, en alguna sala de algún co-working alguien puede estar desarrollando nuevas ideas que sigan innovando el mercado. De hecho, ya está aterrizando el micro-living, consiste en viviendas muy pequeñas, pero con todo el equipamiento necesario para vivir. Este concepto nació en Reino Unido como respuesta al elevado nivel de precios del sector residencial, y se está extendiendo por Europa. Las nuevas tendencias nunca paran.