El Padrino es una de las trilogías más importantes en la historia del cine. El director de cine Francis Ford Coppola llevó magistralmente a la gran pantalla la novela de Mario Puzo, con Al Pacino y Marlon Brando como los dos actores emblemáticos de la saga que dieron vida a Vito y a Michael Corleone.
Viajamos a Sicilia tras las huellas de esas películas, visitando la isla a través de algunas de sus localizaciones en una ruta literaria y cinéfila de lujo que nos adentra en la historia y tradiciones de esta isla, colonizada por los griegos, los romanos y los normandos; un territorio que formó parte de la Corona de Aragón, ocupada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial y cuna de la “Cosa Nostra” o mafia italiana.
Empezamos nuestro viaje por el final de la historia, en las escalinatas del Teatro Massimo de Palermo, con aquel desgarrado grito de duelo de Michael Corleone (Al Pacino) cuando descubre que su hija Mary (interpretada por Sofia Coppola) ha sido asesinada. El Teatro Massimo de Palermo, inaugurado en 1897, fue el teatro de ópera más grande de Italia y el tercero de Europa, detrás de la Ópera de París y de la Ópera de Viena. Desde su terraza se puede disfrutar de unas impresionantes vistas de 360 grados de la ciudad.
Situada al norte de la isla, a orillas del Mar Tirreno, Palermo es la capital de Sicilia y una ciudad que ha conservado el testimonio de la cultura de todos sus conquistadores: cartagineses, romanos, bizantinos, árabes, normando, españoles o austríacos, todos ellos dejaron su huella en la ciudad. Descubrirla es recorrer sus iglesias, sus suntuosos palacios, sus calles adoquinadas, sus mercados y degustar su tradicional “Pasta con le sarde” (pasta con sardinas), los “Arancini” (croquetas rellenas de arroz) o el postre por excelencia, los “Cannoli”, unos conos de hojaldre fritos y crujientes rellenos de ricota.
Podemos explorar Palermo y sus alrededores alojándonos en el exclusivo hotel Villa Igiea. Esta villa fue comprada en 1899 por la influyente dinastía Florio, entonces una de las familias más importantes de Sicilia quienes decidieron crear un hotel de lujo que, durante la primera década del s.XX alojó a magnates, artistas e incluso miembros de la realeza europea de la época como el rey Eduardo VII de Inglaterra, la reina Alexandra, la princesa Victoria y la zarina María Feodorovna que desembarcaron en 1907 en el emblemático buque Victoria & Albert para almorzar en Villa Igiea y explorar las numerosas atracciones de Palermo.
«Cada hombre tiene su propio destino» Vito Corleone
A lo largo de las guerras mundiales, Villa Igiea fue requisada y utilizada como hospital. Sin embargo, una vez restablecida la paz, Villa Igiea volvió a convertirse a partir de los años 50 en un santuario del lujo y del glamour hasta hoy en día, en el que este hotel fue renovado por completo en 2019 y abrió de nuevo sus puertas en 2021.
A unos 57 kilómetros de Palermo, descubrimos el pueblo de Corleone, donde nació Vito Corleone. Aunque Coppola no pudo rodar ninguna imagen en aquel pueblo por temas de autorizaciones, vale la pena visitar esta localidad que cuenta con un total de 101 iglesias, cada una de ellas con estilos únicos que denotan la presencia de griegos, romanos, bizantinos, árabes y normandos a lo largo de su historia. Cerca de Corleone, en la localidad de Salemi es obligada una visita al Museo de la Mafia para poner en contexto todo el imaginario que Puzo plasmó en su novela.
Seguimos nuestro recorrido hacia la costa sureste de la isla, sobre el Mar Jónico. Allí, en la estación de tren de Taormina, Coppola rodó el encuentro entre Michael Corleone (Al Pacino) y su ex mujer Kay (interpretada por Diane Keaton), aunque en la película cambiaron el nombre de la estación por Bagheria.
Durante los dos últimos siglos, artistas, actores y creadores de tendencias se han sentido atraídos por la encantadora Taormina. No es de extrañar: con su encanto rústico, sus vistas mágicas y las fuerzas magnéticas del Etna impregnando el aire, este es uno de los lugares más encantadores de la tierra. Allí, desde el Grand Hotel Timeo, podemos descubrir algunos de los lugares más interesantes de esa parte de Sicilia. Junto al hotel, descubrimos el imponente teatro griego que ofrece unas puestas de sol únicas y maravillosas. Podemos recorrer las colinas de los alrededores a bordo de un Fiat 500 vintage y visitar localidades que aparecen en la película de “El Padrino” como Savoca, con la Iglesia de Santa Luzia, escenario de la boda entre Michael Corleone y Apolloni Vitelli o su famoso Bar Vitelli, lugar donde se celebra la fiesta de la boda. En la cercana Forza D’Agrò, la Iglesia de la Santísima Trinidad aparece cuando Michael visita por primera vez Corleone y también en ese pueblo se encuentra la casa familiar donde nació Don Vito (recordemos que Coppola no pudo filmar todo esto en el propio pueblo de Corleone por lo que fue necesario buscar otras localizaciones).
Desde Taormina podemos descubrir la isla a través de experiencias exclusivas como sobrevolar el Etna en helicóptero, realizar una clase de cocina italiana, navegar hacia las islas Eolias, descubrir los mejores vinos y viñedos de la zona a través de una cata privada o mimarse en el Spa.
A pocos kilómetros de Taormina, acabamos nuestra ruta en el fotogénico Castello degli Schiavi, cerca de la ciudad de Fiumefreddo, un tesoro arquitectónico del siglo XVII y antigua residencia de los Corleone de Coppola y el lugar donde muere Don Vito.
Madrid – Barcelona – Colombia