Después de la vuelta a la normalidad y con un segundo rebrote del COVID-19 a la vista, muchas compañías están adecuándose a los cambios en sus negocios. Mientras que algunas industrias, como las de tecnología, ya están más preparadas para el nuevo entorno, industrias más tradicionales tienen un reto bastante más complejo que en muchos casos puede ser la diferencia entre sobrevivir o cerrar puertas.
Las palabras ejecución y/o transformación durante muchos años han sido consideradas como utopías por la falta de medios para enlazar la estrategia o la visión con las iniciativas que claramente conlleven a los cambios estratégicos. Adicionalmente gran parte de la literatura referente a estos puntos estaban relacionadas con los elementos más personales del cambio, como siendo la motivación, cultura o liderazgo. Sin embargo, a partir de los años 90 se empezó a medir la eficacia de la implantación de los cambios y resulta que los factores que han producido más impacto en 1.000 iniciativas analizadas han sido los siguientes:
- Duración (D): más que la duración de los proyectos, la frecuencia de revisión de los objetivos y de las tareas es fundamental para garantizar el éxito del proyecto. Periodos de revisión superiores a 8 semanas conllevan a un aumento exponencial de los problemas relacionados con las iniciativas.
- Integridad (I): calidad del responsable y de su equipo que liderará e implementará el cambio.
- Compromiso (C): cómo de efectiva es la comunicación con los principales directivos de la compañía (C1) y cómo de efectiva es la comunicación con las personas que utilizarán los nuevos sistemas, procesos o formas de trabajar (C2).
- Esfuerzo (E): capacidad por parte del equipo del proyecto de gestionar expectativas y motivación para implementar los nuevos procesos que podrá significar horas adicionales de trabajo como diversos ajustes hasta el resultado final.
La consultora norteamericana Boston Consulting Group utilizó estos 4 factores y creo la metodología DICE que permite evaluar las iniciativas de cambio por parte de las empresas así como sus probabilidades de éxito. Cada uno de los factores tiene una puntuación del 1-4 (siendo el 1 el mejor y 4 el peor). Por ejemplo para valorar la duración, proyectos con revisiones mensuales tendrían puntuación de 1, mientras que los con revisión semestral o anual tendrían 4.
Una vez clasificados cada uno de los factores, la valoración DICE sería calculada de la siguiente fórmula:
DICE = D + 2x (I) + 2x (C1) + C2 + E
Una vez aplicada esta metodología, los valores estarían entre 7 y 28 puntos: proyectos con una puntuación de 7-14 tienen fuertes probabilidad de éxito, los de 14-17 presentan un riesgo de fallar y los proyectos con más de 17 puntos deberían ser replanteados por su elevado riesgo.
La metodología presentada permite a los gerentes y líderes tener una herramienta sencilla para evaluar y priorizar las diferentes iniciativas de cambio o adecuación a un nuevo panorama y de esa forma obtener los resultados esperados por los cambios.
“Planificar es traer el futuro al presente para que puedas hacer algo al respecto ahora”
Alan Lakein