El crecimiento y la progresión suele ser o debería ser el objetivo de cualquier empresa. A priori la siguiente máxima debería cumplirse: con más tamaño, más y mejores recursos, más y mejores posibilidades de entrar en nuevos mercados, incluso fuera de España, más eficiencia y competitividad. Para generar más tamaño, por norma, son necesarias grandes inversiones, con un plan de negocio bien planteado, una dedicación integra y una gran capacidad de gestión, además de otras cuestiones no siempre controlables.
Hacer de una pequeña empresa una gran corporación es algo que todo (o casi todo) empresario desea, pero que inicialmente se plantea como un desafío de magnitudes descomunales, con obstáculos y dificultades por doquier, sumados a los propios retos del día a día. Por suerte, existen muchas oportunidades y métodos para alcanzar la meta de crear una gran empresa, y uno de ellos son los Build Up, que podríamos definir como construir una gran empresa a partir de la adquisición de pequeñas y medianas empresas, siendo el resultante de la suma integrada de todas ellas mayor que la suma por separado.
Para llevar a cabo estas operaciones, que sobre el papel pueden parecer sencillas, uno de los mejores socios posibles son las firmas de capital riesgo, tanto para contar con su imprescindible aportación financiera como para contar con su colaboración y know how en unos procesos de integración y gestión que en realidad son muy complejos. De hecho, los Build Up han sido y son una de las modalidades preferidas para las firmas de capital riesgo. El hecho de que sean las firmas de capital riesgo quienes protagonicen la mayor parte de estas operaciones se explica básicamente por las dificultades, para encontrar la financiación necesaria y por el enorme reto de gestión que supone.
En muchos sectores de nuestra economía los Build Up se antojan como la solución perfecta de crecimiento, debido a la elevada atomización y disgregación de muchos mercados; sumando en muchos casos empresas de carácter local y regional hasta convertir a la empresa resultante en un líder nacional en su sector. El objetivo es que el resultado de la suma de pequeñas y medianas empresas se multiplique en términos cuantitativos, gracias a la suma de cuotas de mercado, el incremento de la eficiencia, la creación de marca y el liderazgo resultante.
Pese a las ventajas que aparentemente conlleva una operación de Build Up, son procesos menos corrientes de lo que cabría esperar, ya que son operaciones muy complejas, cuyos retos principales son la negociación con los potenciales objetivos de compra y la integración posterior. Como cualquier otra operación societaria, cada Build Up es distinto; pero existen una serie de lugares comunes a todos ellos, siendo las claves para el éxito básicamente las mismas en todos los Build Up: identificar una buena oportunidad, saber cómo añadir valor, saber comprar y saber integrar.
Existe una cuestión clave en todo proceso de Build Up, que debe realizarse de manera inapelable; el establecimiento de un plan de integración entre la empresa compradora y la vendedora, incluyendo el estudio de la situación del mercado y las posteriores oportunidades de negocio derivadas de la operación.
Integrar empresas diferentes, con dinámicas, métodos, culturas, plantillas o hasta sistemas informáticos distintos, es sin duda todo un desafío a “vida o muerte” en cualquier proceso de Build Up. De esta fase dependerá el éxito final o no de la aventura iniciada. Por ello, la gestión es uno de los puntos esenciales en un Build Up, siendo decisivo el papel que el equipo ejecutivo juega, ya que es la garantía de que la integración se va a realizar con unos criterios firmes y con un rumbo claro.
Un Build Up es una operación para crecer, para multiplicar las sumas de factores diferentes entre sí, muy compleja, pero con unas posibilidades de éxito enormes, que contribuye a crear empresas sólidas y eficientes; siempre y cuando se cuente con la ayuda de asesores experimentados, duchos en la difícil y ardua tarea de buscar a los mejores candidatos para su adquisición, y especialmente en las enrevesadas y delicadas tareas de negociación.