Hoy la tendencia de los maridajes de los habanos con ciertas bebidas ha pasado de contar casi exclusivamente con las copas de brandy, whiskey o ron a poder maridar los puros cubanos con una gran diversidad de elementos que nos procuran sensaciones muy gratas.
La clásica y tan recurrente frase de nuestro idioma “café, copa y puro” daba por sentado que las sobremesas en nuestro país nos ofrecían agradables minutos en los que los tres citados destilados eran casi de obligado cumplimiento y se suponía que esas bebidas eran las únicas que cumplían con los requisitos adecuados para obtener ricas sensaciones.
Pero como nos asegura el diccionario de la Real Academia Española, un maridaje es la “unión, analogía o conformidad con que algunas cosas se enlazan o corresponden entre sí”, por lo que en los tiempos actuales esa conjunción de distintos elementos se ha diversificado de una manera exponencial con el fin de proporcionar en boca esplendidos ayuntamientos.
Por eso cuando hace años alguien trataba de explicar que prefería el habano con un coctel o combinado, bien sea Habana Club 7 y Coca Cola o un buen Gin-Tonic, más de uno ponía el grito en el cielo ante tal “herejía”, pero los tiempos evolucionan y nos han demostrado que nuestros cigarros cubanos se pueden maridar perfectamente con ese tipo de bebidas, vinos, buenos cavas, cafés o chocolates.
Hace años que yo mismo comencé a realizar maridajes con chocolates y hay quienes se rasgaron las vestimentas, pero lo cierto es que esa conjunción de sabores y aromas es una verdadera exquisitez, y así lo han mostrado algunos de los vencedores en el concurso mundial de Habanosomellier, como la directora de los restaurantes de Kike Dacosta, Manuela Romeralo.
La misma sorpresa y estupefacción cuando algunos ilustres aficionados viajan a Cuba y observan como los viejos fumadores habaneros disfrutan sumergiendo la cabeza de sus habanos en el café que están tomando, antes de seguir con sus aspiraciones.
En estos últimos tiempos, y ya es marcada tendencia, los habanos se pueden maridar estupendamente con vinos de Jerez como con Palo Cortado Península, East India y Pedro Ximenez San Emilio, de bodegas Lustau; pacharanes de alto standing como el Mena; cocteles en los que se diluyen algunas fragancias junto con algún destilado o con los mismos vinos que nos han acompañado a lo largo de la comida o la cena.
Hace algunos años el bartender argentino Tupac Kirby nos sorprendió al jurado y al público asistente a la final del concurso Habanos Perfect Twist con una presentación en verso de su cóctel “Habemus Habano”, elaborado con una base de ron ligero cubano (Havana Selección de Maestros), licor de algarroba, café y licor de nuez, diseñado para combinar con un habano de fortaleza alta como es el Partagás Serie D No 4.
El hecho de que el vino de una mesa de varios comensales no se haya terminado al llegar a los postres y por tanto al momento del encendido de los habanos hace que algunos aficionados se planteen continuar con el tinto abierto, tal como lo he hecho en numerosas ocasiones.
En realidad, el maridaje, ayuntamiento o conjunción de sabores y aromas está presente en los mejores templos de la gastronomía mundial, tratando de unificar las notas amargas, dulces, ácidas o picantes con alimentos y materias primas de muy distintas procedencias.
Yo mismo he realizado un exquisito maridaje en el círculo de empresarios en Sevilla con Le Hoyo du Deputé de Hoyo de Monterrey, que con sus 110 milímetros de longitud y su cepo 38 ofrece notas melosas, dulces y con algunos toques ligeramente amargos, que los asistentes a la cata pudieron maridar con un coctel realizado con ron con Coca Cola y esencia de naranja, y junto con ello degustaron unos frutos secos tostados al punto de sal y un cubilete con una crema de Gorgonzola, Mascarpone y polvo de pistacho.
Esto nos viene a indicar cuan claramente bajo el paraguas de Habanos&Armonia podemos ser capaces de aunar en boca ricos sabores de los cigarros cubanos junto con las más diversas materias que el ser humano pueda conciliar.