Una vivienda de estilo mediterráneo

Para conseguir transformar una vivienda en un hogar, es necesario conocer los gustos y necesidades de sus futuros habitantes y utilizar la distribución, los materiales y el mobiliario en una misma dirección para lograrlo. Esto fue lo que el estudio de interiorismo Interia llevó a cabo en este piso de 90m2, transformando un espacio casi en ruinas en una luminosa y cálida vivienda.

Nueva distribución del espacio

El gran reto fue, sin duda, modificar la antigua distribución para adaptarla a las necesidades de sus nuevos propietarios.

Se partía de una vivienda a reformar muy compartimentada, con habitaciones sin ventana que impedían aprovechar la luz natural que entraba desde el exterior, a lo que tampoco ayudaba su decoración sombría, con paredes enteladas en tonos oscuros.

El objetivo planteado fue reducir el número de estancias para ganar sensación de espacio y luminosidad y añadir un baño en suite dentro del dormitorio principal.

Para ello, por un lado, se decidió integrar la cocina en el salón, al que se le añadió un despacho semiabierto que se percibiese como independiente, pero no encerrado y aislado.

Por otro lado, se fusionaron habitaciones, convirtiéndolas en dos grandes dormitorios, uno de ellos con baño en suite y un segundo baño auxiliar muy amplio.

Mobiliario acorde con el ambiente

Acorde con la estética del continente, la elección del contenido debía seguir la misma línea decorativa

Para ello se optó por muebles de madera, textiles claros y texturas como el mimbre, el yute o el ratán, presentes en mayor o menor medida en cada estancia.

El toque de color en los dormitorios lo aportan los cojines, colchas y plaid de cama, siempre en tonos suaves y empolvados para acompañar al mueble principal.

La importancia de los materiales

En cuanto al estilo decorativo, para conseguir ese aire mediterráneo que se buscaba, se aprovecharon varios elementos de origen que proporcionaba la vivienda.

Así, se eliminaron los falsos techos para dejar a la vista las vigas de madera inclinadas en el nuevo salón y las bovedillas en los dormitorios.

Un pilar en ladrillo visto, ventanas de madera con cuarterones, paredes pintadas en blanco roto y un suelo de estética rústica acompañan a los azulejos destonificados de la cocina y las imitaciones de baldosa hidráulica en los baños para lograr el objetivo.

El resultado: un perfecto apartamento de estilo mediterráneo ideal como primera o segunda vivienda o para alquiler de corta estancia.