«Nexo» entre tradición y vanguardia, un oasis en Pintor Rosales

Recién llegado al popular paseo frente al Parque del Oeste, este restaurante sorprende por su impecable y elegante estética y también por la calidad de sus platos vanguardistas, con cocina de temporada y trasfondo de tradición. El argentino Eduardo Martín, propietario también de los Asadores La Churrasquita, está detrás de este lugar que atrapa y evade, en el que hay sabores reconocibles de su tierra. En los fogones, Alberto García Navio, que tras su paso por Zalacaín, Alkalde o A’Barra, entre otros, llega para definir el rumbo de esta cocina singular.

Llegaron en enero al barrio de Argüelles, y están empezando a andar con paso firme y una carta fina, elegante y a la altura del lugar en que se encuentra. Nexo (Paseo del Pintor Rosales, 76. Madrid. Tel. 915 055 791. www.nexorestaurante.com) es la unión entre la cocina tradicional -con producto de temporada- y la vanguardia, la elegancia del detalle, que se plasma tanto en los platos y en sus presentaciones, como en la estética del local, que no deja indiferente. Eduardo Martín es un argentino afincado en Madrid desde hace años y propietario de La Churrasquita, en Tres Cantos y Fuentelarreina, y ahora dirige además este futurista espacio donde también se respiran sus raíces -sobre todo en el apartado de carnes- junto al chef Alberto García Navio, que ha sido jefe de cocina en Ferreteria, CoKima, A’Barra o Alkalde, además de pasar por Horcher y formarse en Zalacaín o Can Fabes.

Los espacios

Empezamos con permiso, por lo que se ve, por lo que impacta antes siquiera de poder pensar en la carta: su arquitectura.

Nos recibe una sala a pie de calle con una espectacular barra de hormigón pulido de color gris antracita y forma serpenteante, a la que acompañan unos taburetes para sentarse a su alrededor, un par de mesas altas, una baja y un original sofá.

En esta planta también hay un «semirreservado», sin puerta, pero escondido. Pero el plato fuerte está en la sala principal, en este caso una más abajo, que recibe luz natural desde la imponente escalera circular por la que se accede, también de hormigón.

Preciosas mesas de cristal rectangulares, otras redondas, y rincones privados para dos en las esquinas captan la atención de esta planta en la que también hay un amplio reservado, donde impera el color blanco. Incluso en la zona de la cava hay una mesa exclusiva sobre suelo empedrado y una luz tenue e indirecta que traslada a otra época.

Se trata de un local con muchísima amplitud, pero también lleno de intimidad, precisamente por todos esos rincones. 

Los platos

Una vez hemos elegido el sitio, podemos centrarnos en su oferta gastronómica, que sin duda merece toda nuestra atención. Una carta breve pero con personalidad, calidad y sobre todo, bien ejecutada por el talentoso chef. Empezamos con alguna verdura de temporada, como las indispensables Alcachofas a la brasa con chips, yema de huevo y gel de naranja o los Puerros a la brasa con fondo oscuro de setas y crujiente de trigo… o bien otros entrantes como el Parfait de pato con vinagreta de nueces y pan de especias o las Gyozas de langostino, demiglace de jamón acompañados de camarones fritos.

No hay que perderse su Arroz de chipirones, sus patitas crujientes y mayo de azafrán, ni el Steak tartar de solomillo ahumado en casa con helado de mostaza acompañado de pan crujiente, con un sabor y una presentación que enamora -uno de los must de la casa-.

Los carnívoros tampoco pueden obviar el Brioche relleno de cochinillo deshuesado con toques picantes y cebolla encurtida, o la increíble Paletilla de cordero lechal deshuesada con migas de pastor.

Para disfrutar en su máxima expresión las carnes, que son de Discarlux, tenemos el Lomo alto argentino angus certificado, o el Chuletón de vaca con 40 días de maduración, hecho a la brasa que tan bien trabaja Alberto y donde queda patente el punto argentino de Eduardo.

En los pescados, Lubina salvaje, risotto de burgur, verduras y cebollitas francesas, un suavísimo Bacalao asado con salsa de ajos fritos, piparras encurtidas y base de patata confitada y un Atún rojo a la brasa, teriyaki casera, sésamo blanco y aguacate que invita a repetir.

Sus postres son también originales y atrevidos, para muestra el Coco thai de plátano caramelizado, yogur griego y helado de coco, pero si solo nos queda hueco para uno, el Burbuja de Gin Tonic con helado de mango y bayas de enebro no defrauda. Para quienes quieran seguir «coleccionando» tartas de queso por la ciudad, sí, tienen una con dulce de leche. La bodega de la que antes hablábamos tiene más de 50 referencias bien seleccionadas.

Nexo tiene capacidad para 80 personas en su gran salón, más 16 en el reservado blanco, otras 8 en la cava, 6 en el reservado abierto de la planta calle y otras 16 más en esa zona -6 sentadas en la barra y 10 más a su alrededor, entre mesas, sofás y de pie-. Un espacio ideal tanto para celebrar eventos, almuerzos o cenas de empresa como veladas románticas en sus «aisladas» mesas para dos… Tiene garaje en el mismo edificio para almuerzos privados con acceso directo a sus reservados.